Los acadios son parte de la descendencia de los pueblos semitas que habitaban la región del norte de Siria. Llegaron a Mesopotamia alrededor del año 2550 a.C., probablemente en busca de tierras fértiles para establecerse. Al principio de su expansión, los acadios y los sumerios tuvieron algunos conflictos, pero luego se estableció un periodo de paz que resultó muy beneficioso para los acadios.
Los acadios mantuvieron el comercio y un intercambio de relaciones culturales y lingüísticas con los sumerios. Adoptaron y adaptaron el estilo de escritura cuneiforme, a diferencia de los sumerios, quienes valoraban el desarrollo de las artes y las ciencias. Los acadios, en cambio, eran un pueblo de naturaleza belicosa y tenían en gran estima la guerra.
Los acadios también eran politeístas y sus dioses se fusionaron con los dioses sumerios a lo largo del tiempo. Un ejemplo de esto es el caso de la diosa Easter, la Diosa de la fertilización para los acadios, que tenía como origen a la diosa namo, la diosa de los mares para los sumerios.
El reinado de los acadios
Los acadios comenzaron a dar estatus de deidades a sus reyes y se referían a ellos como enviados de los dioses para gobernar a sus súbditos en la tierra. Los reyes acadios también tenían el título de sacerdotes supremos. La convivencia entre acadios y sumerios alcanzó un punto de armonía, pero los sumerios mantenían gran parte del control comercial de la región, lo que impedía el desarrollo de las ciudades acadias.
Los sumerios siempre estaban rodeados de enemigos, como los reinos enemigos de los elemitas y los hurritas, así como muchas tribus nómadas que constantemente invadían las tierras sumerias. Además, los propios sumerios lideraban guerras entre ellos, con cada ciudad-estado tratando de dominar a otra.
En el año 2375 a.C., el rey sumerio Lugar-sageshi unificó todas las ciudades sumerias tras una serie de batallas. Gobernó a los sumerios durante unos 30 años y en esta época, los sumerios y los acadios vivían casi como un solo pueblo, con miembros de la nobleza de ambos pueblos compartiendo puestos en la sociedad.
Saragón el Grande
En la ciudad sumeria de Sara Aragón, que luego sería conocido como Saragón el Grande, se dio un hecho destacable. El origen de Saragón no está muy claro, ya que los textos escritos en arcilla de la época están incompletos, pero se sabe que ascendió al trono. Según una placa de arcilla, se decía lo siguiente: «En Acadia, Saragón, cuyo padre era jardinero copero de Urza Baba, se convirtió en rey».
El rey de Acadia construyó una cabecera y gobernó durante 56 años. Tras apoderarse de la ciudad de Chichén, Saragón declaró la guerra al rey sumerio Localzaguessi y atacó la ciudad de Ur, que fue conquistada tras una ardua batalla. Durante la batalla, Saragón capturó al rey derrotado y, en señal de superioridad y desprecio por sus enemigos, le puso un collar alrededor del cuello del rey y lo arrastró hasta las puertas de su ciudad.
Tras esta gran victoria, Saragón y su ejército conquistaron las demás ciudades sumerias y territorios de los elemitas y hurritas, creando así el primer imperio de la historia, conocido como el primer imperio mesopotámico. Tal fue la fama de Saragón que llegó a ser llamado «gobernante de los cuatro rincones de la tierra» y su imperio se extendió desde Siria hasta el mar Pérsico y el mar Mediterráneo. Incluso los textos babilónicos hacen referencia a sus logros.
El legado de Saragón
Saragón era tan poderoso e influyente que figuraba en los textos babilónicos donde se mencionaban sus logros. No tenía rival ni igual, y su esplendor sobre las tierras que conquistó durante su época de conquistas fue asombroso.
En aquellos tiempos, la guerra era una realidad frecuente para los pueblos de Mesopotamia, lo que llevó a mejorar el equipamiento militar de los soldados acadios. Los acadios adoraban a los leones, creando esculturas y pinturas de estos animales en sus templos y palacios, dejando constancia de que estos animales eran capturados para ser utilizados en las batallas.
La vida de Saragón llegó a su fin alrededor del año 2215 a.C., a la edad de unos 85 años, una edad bastante impresionante para aquel tiempo. Poco después de su muerte, estallaron revueltas en todo el Imperio y los hijos de Saragón no pudieron mantenerse en el poder durante mucho tiempo. Gradualmente, los acadios fueron dominados por los guti, una tribu de nómadas originarios de los montes Zagros, en lo alto del río Tigris.
Después de dos siglos de existencia, el primer gran Imperio de la historia se derrumbó. Saragón el Grande fue una figura poderosa que inspiró a los reyes de Oriente durante muchas generaciones.
Tabla Resumen
Evento | Año |
---|---|
Llegada de los acadios a Mesopotamia | 2550 a.C. |
Unificación de las ciudades sumerias por Lugar-sageshi | 2375 a.C. |
Reinado de Saragón el Grande | 2215 – 2159 a.C. |
Dominio de los guti sobre los acadios | A partir del siglo 22 a.C. |
Preguntas frecuentes
1. ¿Cuándo llegaron los acadios a Mesopotamia?
Los acadios llegaron a Mesopotamia alrededor del año 2550 a.C.
2. ¿Cómo se llamaba el rey sumerio que unificó todas las ciudades sumerias?
El rey sumerio se llamaba Lugar-sageshi.
3. ¿Quién fue Saragón el Grande?
Saragón el Grande fue el rey de Acadia que conquistó las ciudades sumerias y estableció el primer imperio mesopotámico.
4. ¿Cuándo acabó el reinado de Saragón el Grande?
El reinado de Saragón el Grande terminó alrededor del año 2215 a.C.
5. ¿Qué tribu finalmente dominó a los acadios?
Los guti, una tribu de nómadas originarios de los montes Sagros, dominaron a los acadios a partir del siglo 22 a.C.
¡Espero que hayas disfrutado de esta fascinante historia sobre los acadios y Saragón el Grande! No olvides explorar nuestros artículos relacionados para descubrir más sobre la antigua Mesopotamia y sus grandes imperios. ¡Hasta la próxima!
¡Hola! Soy Alex, un apasionado de la mitología que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar y explorar distintas culturas y sus mitos. Desde joven, me sentí atraído por historias de dioses, héroes y criaturas fantásticas que alimentaban mi imaginación y curiosidad. Con el tiempo, desarrollé un amor especial por la mitología nórdica y egipcia, aunque siempre he estado ávido de descubrir otras tradiciones.