El rey Filipo de Macedonia siempre fue considerado un bárbaro por los griegos, lo cual causaba gran dolor. Filippo se dio cuenta de que Alejandro, el impetuoso niño, se estaba volviendo cada vez más como él mismo. Aunque sus guardianes macedonios hacían todo lo posible, no podían educar al hijo que él anhelaba. Sus acciones harían que los ojos de los griegos vieran a otro bárbaro macedonio. Por lo tanto, el rey no escatimó en gastos y decidió contratar al renombrado filósofo, Aristóteles, para que se encargara de la educación de Alejandro.
Filippo ordenó que su palacio en Mesa sirviera como escuela de Aristóteles, donde Alejandro y otros hijos de la nobleza macedonia serían educados. Entre los estudiantes se encontraban los amigos de Alejandro, como Ptolomeo de Leuco, entre otros. Aristóteles les enseñó lecciones de moralidad, lógica, artes, medicina y muchos otros conocimientos. Pero el gran filósofo también impartió lecciones exclusivas al heredero del trono.
Alejandro, a veces, era obstinado y resistente al estudio, lo cual a menudo molestaba a Aristóteles. Sin embargo, el filósofo siempre lograba guiarlo por el camino de la virtud a través de la convicción. Le decía: «¿Por qué tengo que tomar estas clases mientras los demás pasan la tarde divirtiéndose? Todos tienen su lugar, a diferencia de aquí. No fueron hechos para guiar todo el curso de una nación entera. Recuerda esto, la educación tiene raíces amargas, pero sus frutos son más dulces que la miel».
La importancia de una vida armoniosa y equilibrada
Aristóteles conocía el ímpetu de su alumno y le enseñó la importancia de llevar una vida armoniosa y equilibrada. Le preguntaba: «Dime, Alejandro, ¿cuál es la virtud más importante para un soldado?». Alejandro respondía: «El valor, por supuesto». Pero Aristóteles le cuestionaba: «Pero, ¿qué pasa si un guerrero valiente abandona su educación y se enfrenta solo a un ejército enemigo? Ciertamente, morirá, porque la valentía excesiva no convierte este acto en una hazaña valiente, sino en un acto temerario, convirtiendo el exceso de valentía en un vicio y no en una virtud. Pero, ¿qué sucede si un hombre contiene demasiado valor y comienza a temer demasiado por su vida? Será un cobarde. Por lo tanto, es importante siempre encontrar el camino intermedio y así encontrar el equilibrio».
El legado de la educación de Aristóteles
Alejandro tenía una profunda admiración por Aristóteles y recibió la mejor educación que un príncipe podía tener durante años. Mientras tanto, Filipo ganaba victoria tras victoria y expandía el imperio macedonio. Al enterarse de los éxitos de su padre en los campos de batalla, Alejandro comentó: «Mi padre está conquistando todo lo que tiene delante. Me temo que cuando llegue mi turno, no habrá nada más que conquistar».
Aristóteles era consciente de la grandeza que llevaba en sus manos y hizo todo lo posible para convertir a Alejandro en un hombre sabio y virtuoso. Sin embargo, Alejandro ya no era un niño, a los 16 años ya era un hombre, y su padre lo llamó para que asumiera sus responsabilidades en Vela, la capital de Macedonia.
Tabla de resumen
Rey de Macedonia | Aristóteles | Alejandro |
---|---|---|
Filipo | Renombrado filósofo | Heredero del trono |
Preguntas frecuentes
1. ¿Quién contrató a Aristóteles para educar a Alejandro?
Filipo de Macedonia.
2. ¿Dónde se ubicaba la escuela de Aristóteles?
En el palacio de Filipo en Mesa.
3. ¿Qué lecciones impartió Aristóteles a Alejandro?
Lecciones de moralidad, lógica, artes, medicina y muchos otros conocimientos.
4. ¿Qué le enseñó Aristóteles sobre la valentía?
Le enseñó la importancia de encontrar el equilibrio entre el exceso de valentía y el temor excesivo.
5. ¿A qué edad Alejandro empezó a ser considerado un hombre?
A los 16 años.
Gracias por leer este artículo sobre la educación de Alejandro por parte de Aristóteles. Si quieres saber más sobre la historia y los personajes de la antigua Grecia, te invito a explorar nuestros artículos relacionados. ¡Hasta la próxima!
¡Hola! Soy Alex, un apasionado de la mitología que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar y explorar distintas culturas y sus mitos. Desde joven, me sentí atraído por historias de dioses, héroes y criaturas fantásticas que alimentaban mi imaginación y curiosidad. Con el tiempo, desarrollé un amor especial por la mitología nórdica y egipcia, aunque siempre he estado ávido de descubrir otras tradiciones.