La Hospitalidad Divina: La historia de Zeus y Filemón y Baucis

Zeus, el dios supremo del universo, tenía la costumbre de descender a la tierra y poner a prueba la hospitalidad de los hombres. Esta divinidad temida y respetada siempre era recibida con gran pompa y ceremonia. Sin embargo, esta vez, Zeus decidió poner a prueba cómo sería su recibimiento si no revelaba su verdadera identidad. Acompañado por su hijo Hermes, se disfrazó de vagabundo y comenzó su travesía por la región de Frigia.

La búsqueda de hospitalidad

Después de vagar por un tiempo, encontraron una hermosa casa y decidieron llamar a su puerta. Zeus y Hermes, bajo su disfraz de vagabundos, manifestaron su deseo de conseguir algo de comida y un lugar para descansar. Sin embargo, el dueño de la casa los rechazó de manera brusca, dejando claro que esa no era una posada.

Zeus, en su furia, decidió seguir adelante en su viaje. No mucho después, encontraron otra casa en donde se llevaba a cabo una animada fiesta. Nuevamente, el dúo se acercó al anfitrión y solicitó un poco de bebida para saciar su sed. Pero el hombre, preocupado por la opinión de los invitados al ver a dos mendigos en su hogar durante una ocasión festiva, les negó el pedido. Zeus estuvo a punto de castigarlo con uno de sus rayos, pero fue detenido por Hermes, quien lo calmó y los instó a proseguir.

Ya cansados y desilusionados después de llamar a varias puertas y recibir solo insultos, decidieron hacer un último intento. Llamaron a la puerta de una pequeña choza en ruinas. Fueron recibidos por una pareja de ancianos, Paucis y Filemón, quienes, al notar la tristeza en los rostros de los dioses, los invitaron rápidamente a entrar y descansar. A pesar de su humilde hogar y sus escasos recursos, la señora ofreció lo poco que tenía a los invitados: una sopa con pan. El anciano, por su parte, llenó los vasos de los invitados con una bebida casera que él mismo había preparado, aunque había poca cantidad en la botella, Filemón decidió compartirla con los invitados.

Disculpándose por no poder ofrecer más debido a su situación económica limitada, Filemón se sorprendió al ver cómo Zeus, al chasquear los dedos, logró que la botella se volviera a llenar mágicamente. Ahí fue cuando Filemón se dio cuenta de que estaba cara a cara con el mismísimo dios del universo.

La recompensa a la hospitalidad

Después de disfrutar de la hospitalidad de la pareja, Zeus les pidió que lo acompañaran a la cima de una colina y les ofreció hacerles una pregunta. Los ancianos, llenos de gratitud y amor, expresaron su deseo de partir juntos cuando llegara su hora y no querer sobrevivir el uno sin el otro. Zeus, conmovido por su amor y fidelidad, convocó una gran tormenta que inundó toda la ciudad, castigando a todos aquellos que habían negado la hospitalidad.

A pesar de que la casa de Paucis y Filemón también quedó destruida en la inundación, en su lugar, apareció un hermoso templo de mármol. Zeus anunció que a partir de ese momento, ellos serían los sacerdotes de ese templo dedicado a él y que permanecerían juntos hasta el final de sus días.

Y así fue como Filemón y Baucis siguieron viviendo juntos durante muchos años, hasta que llegó el día en que finalmente llegó su hora. Caminando tomados de la mano por el jardín del templo, ambos comenzaron a transformarse en dos hermosos árboles. Sus raíces se entrelazaron y, en ese último momento, Filemón pronunció sus últimas palabras: "Adiós, mi amor".

Tabla de resumen

Preguntas frecuentes

• ¿Por qué Zeus quería probar la hospitalidad de los hombres?
• ¿Cuál fue la reacción de Filemón al descubrir la verdadera identidad de Zeus?
• ¿Qué ocurrió con la casa de Paucis y Filemón después de la inundación?
• ¿Cómo terminó la historia de amor de Filemón y Baucis?

Esperamos que hayas disfrutado de esta fascinante historia de la mitología griega. Te invitamos a leer más artículos relacionados en nuestro blog para seguir descubriendo los mitos y leyendas que han dejado una huella perdurable en nuestra cultura. ¡Hasta la próxima!

Alex M.

¡Hola! Soy Alex, un apasionado de la mitología que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar y explorar distintas culturas y sus mitos. Desde joven, me sentí atraído por historias de dioses, héroes y criaturas fantásticas que alimentaban mi imaginación y curiosidad. Con el tiempo, desarrollé un amor especial por la mitología nórdica y egipcia, aunque siempre he estado ávido de descubrir otras tradiciones.

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