Al principio, el caos reinaba en el universo. Luego, a partir de una masa primordial, los dioses crearon el cielo y la tierra. En ese momento, dos nuevas divinidades surgieron, llamadas Y Sanaki e Izanami. La misión de esta pareja divina era poblar el mundo y crear todo lo que existiría en él. Y Sanaki e Izanami recibieron la lanza Divina de los kamis primordiales. Este artefacto estaba adornado con joyas preciosas y poseía poderes increíbles. Utilizando este instrumento, se dirigieron al puente celeste y crearon la Isla Sagrada de Onogro.
Los dioses trabajaban en armonía y, debido a su cercanía, se enamoraron. Izanami invitó a su esposo a unirse y engendrar una noble descendencia. Y Sanaki aceptó esta invitación, pero de su unión nacieron criaturas deformes. El ritual de unión se distorsionó porque la deidad femenina tomó la iniciativa. La pareja decidió unirse nuevamente, pero esta vez Y Sanaki tomó la iniciativa e invitó a Izanami a realizar el ritual de unión. Así, dieron a luz a una nueva generación de dioses y crearon las demás islas del archipiélago japonés.
La tragedia golpea
Desafortunadamente, la tragedia golpeó a la pareja divina. Izanami estaba embarazada nuevamente, pero algo parecía no ir bien. Al dar a luz a Kagutsuchi, el Dios del Fuego, Izanami murió y tuvo que partir hacia Yomi, el mundo de los muertos. Y Sanaki, sin aceptar este destino, se propuso traerla de vuelta del inframundo.
Yomi era un lugar impuro y corrompido, lleno de oni y criaturas malignas. Y Sanaki encontró a su amada en la oscuridad y quiso llevarla consigo. Sin embargo, al iluminarla, se horrorizó al ver que Izanami se encontraba en un estado avanzado de descomposición. Su pureza divina había sido destruida por la putrefacción y había consumido los frutos del inframundo, lo que la unía indisolublemente a Yomi.
Enfurecida, Izanami hizo que monstruos persiguieran a Y Sanaki, y él huyó del mundo de los muertos. Bloqueó la salida del inframundo con una gran roca, atrapando a Izanami para siempre en Yomi.
La purificación de Y Sanaki
La visita de Y Sanaki al mundo de los muertos lo dejó impuro, por lo que necesitaba purificarse. El dios comenzó a tomar un baño ritual, y durante este baño, dio a luz a varias deidades y seres espirituales, como kamis y yokais.
Los ojos de Y Sanaki ardían de tristeza, y de las lágrimas del ojo izquierdo de Izanami surgió Amaterazo, la deidad más radiante que jamás había existido. Su resplandor iluminaba todo a su alrededor. Del ojo derecho de Izanami surgió otra espléndida divinidad, llamada Sucuyomi. Aunque no era tan brillante como su hermana, poseía una luminosidad encantadora.
Finalmente, por la nariz de Izanami, llegó el inquieto e indomable Sano, el dios creador. Al contemplar a sus tres últimos hijos, Y Sanaki se sintió orgulloso de lo que había creado y los llamó los tres nobles hijos.
Resumen
Personajes | Deidades |
---|---|
Y Sanaki | Divinidad masculina |
Izanami | Divinidad femenina |
Amaterazo | Deidad más radiante |
Sucuyomi | Divinidad encantadora |
Sano | Dios creador |
Preguntas frecuentes
1. ¿Cómo se llamaban los dioses creadores de la tierra y el cielo?
Los dioses creadores de la tierra y el cielo se llamaban Y Sanaki e Izanami.
2. ¿Qué pasó cuando Y Sanaki e Izanami se unieron por primera vez?
Cuando Y Sanaki e Izanami se unieron por primera vez, nacieron criaturas deformes debido a la distorsión del ritual de unión.
3. ¿Cómo intentó Y Sanaki traer de vuelta a Izanami del mundo de los muertos?
Y Sanaki intentó traer de vuelta a Izanami del mundo de los muertos, pero al ver su estado de descomposición y la unión indisoluble con Yomi, la rechazó y huyó.
4. ¿Quiénes fueron los tres últimos hijos de Y Sanaki e Izanami?
Los tres últimos hijos de Y Sanaki e Izanami fueron Amaterazo, Sucuyomi y Sano.
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¡Hola! Soy Alex, un apasionado de la mitología que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar y explorar distintas culturas y sus mitos. Desde joven, me sentí atraído por historias de dioses, héroes y criaturas fantásticas que alimentaban mi imaginación y curiosidad. Con el tiempo, desarrollé un amor especial por la mitología nórdica y egipcia, aunque siempre he estado ávido de descubrir otras tradiciones.