Atenas había derrotado a Esparta en las batallas de Pilos y ahora tenía la ventaja, ya que había capturado a 292 hoplitas espartanos, incluidos soldados de las familias más nobles de Esparta. Aprovechando esta oportunidad, Atenas se prepara para expandir su imperio.
Esparta abandona la Liga del Peloponeso
La ciudad de Léon, que estaba bajo el dominio de Tebas, decide abandonar la Liga del Peloponeso y unirse a la Liga de Delos, liderada por Atenas. Sin embargo, sabiendo que Tebas no aceptaría esta traición, piden ayuda a Atenas para defender la ciudad. Atenas envía a su ejército para proteger a Délos, y como Tebas lo había predicho, envió su ejército para retomar la ciudad bajo el mando del general Pagondas. El ejército de Tebas derrota a los atenienses utilizando estrategias innovadoras en el campo de batalla. Esta derrota ateniense inspira a sus enemigos en el Peloponeso, quienes se dan cuenta de que la guerra que parecía perdida aún no estaba decidida.
Esparta ataca a Atenas
Aprovechando la momentánea fragilidad de Atenas, Esparta decide atacar. Sin embargo, los espartanos no pueden atacar la región del Ática por miedo a que se ejecuten a todos los prisioneros espartanos. Por lo tanto, deciden atacar la colonia ateniense de Anfípolis en Tracia. Después de asediar la ciudad, el general espartano Plácidas propone que se rinda para evitar derramamiento de sangre, garantizando un paso seguro para todos los que quieran abandonar la ciudad. Anfípolis decide rendirse a los espartanos.
Atenas contraataca
Atenas se da cuenta del riesgo de perder sus colonias sin resistencia y envía a su ejército bajo el mando de Cléon para combatir a Esparta. Después de reconquistar algunas ciudades controladas por los espartanos, Cléon decide atacar al ejército de Brasidas. Los atenienses desembarcan cerca de Anfípolis y esperan refuerzos antes de atacar. Sin embargo, Plácidas se da cuenta de que si los atenienses reciben refuerzos, será casi imposible una victoria en el campo de batalla. Por lo tanto, decide atacar a Cléon. El ataque sorpresa deja al ejército ateniense completamente desorganizado y Cléon muere en el campo de batalla. La victoria de Esparta es aplastante.
La paz delicias
La guerra entre Esparta y Atenas ya había durado más de diez años y ambos lados estaban desgastados y no querían continuar el conflicto. El general ateniense Nicias y el rey interino de Esparta, Lisandro, sellaron un acuerdo de paz. Los términos del acuerdo incluían el retorno de todos los territorios conquistados durante la guerra, la liberación de los prisioneros espartanos y la libre circulación de peregrinos a los lugares sagrados del mundo griego. Este acuerdo, conocido como la Paz de Lisandro, tendría una duración de 50 años.
Sin embargo, Tebas y Corinto se negaron a unirse a este tratado, lo que mantuvo las tensiones entre las ciudades-estado griegas. A pesar de las pérdidas, Atenas aún tenía una poderosa armada que dominaba el Mar Egeo. La guerra aún no estaba perdida.
Evento | Detalle |
---|---|
Batallas de Pilos | Atenas derrota a Esparta y captura a 292 hoplitas espartanos. |
Expansión de Atenas | Atenas se prepara para expandir su imperio. |
Liga de Delos | La ciudad de Léon se une a la Liga de Delos, liderada por Atenas. |
Esparta ataca Anfípolis | Esparta ataca la colonia ateniense de Anfípolis en Tracia. |
La Paz de Lisandro | Se firma un acuerdo de paz entre Atenas y Esparta. |
Preguntas frecuentes
1. ¿Cuánto duró la guerra entre Esparta y Atenas?
La guerra duró más de diez años.
2. ¿Quién lideró el ejército espartano en la batalla de Anfípolis?
El general espartano Plácidas lideró el ejército en la batalla de Anfípolis.
3. ¿Qué territorios se devolvieron según el acuerdo de paz?
Según el acuerdo de paz, se devolvieron todos los territorios conquistados durante la guerra.
Gracias por leer este artículo sobre la guerra entre Esparta y Atenas. Si te interesa conocer más sobre la mitología griega, te invitamos a explorar nuestros artículos relacionados. ¡Hasta la próxima!
¡Hola! Soy Alex, un apasionado de la mitología que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar y explorar distintas culturas y sus mitos. Desde joven, me sentí atraído por historias de dioses, héroes y criaturas fantásticas que alimentaban mi imaginación y curiosidad. Con el tiempo, desarrollé un amor especial por la mitología nórdica y egipcia, aunque siempre he estado ávido de descubrir otras tradiciones.